Fundamentos teológicos presentes en el Corán para una convivencia pacífica con otras religiones

fundamentos

En el número que tenéis ante vosotros, os presentamos una investigación realizada por el hermano Muhammad Isa García sobre los “Fundamentos teológicos presentes en el Corán para una convivencia pacífica con otras religiones”. Con ello se pretende aportar un poco de claridad al concepto de convivencia pacífica y diálogo entre religiones desde una perspectiva islámica histórica y actual.

A continuación tenéis la primera parte que tratará las “causas para la desconfianza y el escepticismo hacia el diálogo interreligioso” que esperamos, Incha Allah, sea de beneficio para todos.

Resumen

 

En esta investigación intentaré analizar y responder a las objeciones que algunos musulmanes presentan al diálogo interreligioso. Para ello presentaré, a mi juicio, cuáles son las causas de la desconfianza y el escepticismo presente en estos musulmanes, así como responderé a las dudas y malentendidos sobre el diálogo interreligioso. También intentaré mostrar cómo el mensaje del Islam hizo hace más de 1.400 años un llamado a la aceptación del otro, conjuntamente con su religión y cultura, al diálogo y la convivencia pacífica en una sociedad plural, libre de discriminación étnica o racial, sin ningún tipo de aislamiento social a los no musulmanes.

La investigación contará con 5 capítulos

Causas para la desconfianza y el escepticismo hacia el diálogo interreligioso.

Explicación breve de los que sí es y lo que no es el diálogo interreligioso.

Respuestas a las dudas presentadas por musulmanes sobre la legitimidad de involucrarse en el diálogo interreligioso.

Análisis de la terminología utilizada por el Corán y la Sunnah[1] al respecto.

Exposición de los ideales del Islam, presentados en el Corán, la Sunnah y la historia islámica, para la convivencia pacífica de una sociedad con pluralismo y diversidad.

 

Introducción

 

La historia de la fe es relatada repetidamente en el Corán. Es una historia conmovedora de compromiso con Dios; la verdad que Él reveló a la humanidad; y la constante lucha por vivir con los valores de la devoción, la compasión, la consideración y la justicia.

El Corán confirmó la verdad revelada en escrituras más antiguas, y la Gente del Libro[2] tiene un lugar especial en el Corán. Porciones significativas del Corán se enfocan en la historia de profetas bíblicos y sus seguidores. Se presentan sus historias como un viaje de fe, recordando a los musulmanes las pruebas que soportaron las antiguas comunidades de creyentes.

En el Corán abundan historias de grandes luchas y brillantes ejemplos de creyentes de antiguas naciones cuyo compromiso y devoción fueron cruciales para establecer el monoteísmo y traducir la guía divina en prácticas sociales como por ejemplo: la fuerte fe de Saúl y aquellos que se mantuvieron firmes con él[3], la devoción del Pueblo del Foso, que permaneció fiel a su fe en Dios de cara a gobernante tiránico y despiadado[4], el compromiso inquebrantable de los seguidores del código ético y espiritual que Jesús trajo a la humanidad[5]. El Profeta Muhámmad repetidamente enfatizó que su misión confirmaba las de los antiguos profetas.

Por lo tanto, la actitud musulmana hacia los no musulmanes no debe ser de pretendida superioridad moral y pedantería, sino de compasión, respeto y preocupación por el bienestar general de toda la sociedad. El Corán alienta a los musulmanes a cooperar para el bien común y a identificar puntos en común, basándose en el respeto mutuo y la ayuda con las demás comunidades religiosas. Dice en el Sagrado Corán:

“Di: ¡Oh, Gente del Libro! Convengamos en una creencia común a nosotros y vosotros: No adoraremos sino a Allah, no Le asociaremos nada y no tomaremos a nadie de entre nosotros como divinidad fuera de Allah. Y si no aceptan, decid: Sed testigos de nuestro sometimiento a Allah” (Corán 3:64).

Al identificar esos puntos en común, los musulmanes están buscando una coexistencia social multicultural pacífica en la que todos sean libres de adorar a Dios. Por consiguiente, bajo este tipo de paradigma el musulmán debe mostrar una actitud positiva de inquebrantable respeto por todos los no musulmanes.

Esta coexistencia pacífica  no implica que las diferencias doctrinales e interpretativas no sean importantes. Al contrario, significa que esas diferencias deben ser atendidas a través de un diálogo libre y abierto que permita el reconocimiento del otro en su esencia humana, y el respeto de la diversidad ideológica. Dice en el Corán:

“Convoca al sendero de Dios con sabiduría y bellas palabras. Arguméntales de la mejor manera. Tu Señor sabe bien quién se extravía de Su camino y quién sigue la buena guía” (Corán 16:125).

Este diálogo abierto, libre y dignificante, permite a los seguidores de todas las tradiciones religiosas afirmar su identidad y discutir racionalmente sus similitudes y también sus diferencias.

 

Capítulo I

Causas para la desconfianza y el escepticismo hacia el diálogo interreligioso

 

Los musulmanes, así como otras sociedades han sido víctimas, durante los últimos 500 años, de invasiones, colonización, usurpación de sus recursos naturales, complicidad con gobiernos tiránicos y opresores, que sistemáticamente violaban los derechos humanos e impedían la libre práctica de su religión, su “código de vida” voluntariamente adoptado. En muchos casos el perpetrador provenía de Occidente.

Entonces, cuando de este mismo lugar, “Occidente” sale un llamado al “diálogo” es comprensible que muchos musulmanes desconfíen de quien durante tanto fue la causa de su persecución, pobreza, aislamiento, demonización de su creencia y costumbres culturales.

Es necesario reconocer estos hechos, para comprender que a pesar de contar con un llamado a la aceptación y reconocimiento del prójimo, el diálogo y convivencia pacífica en el Corán, la Sunnah y la rica historia del Islam, muchos musulmanes aun hoy son renuentes al diálogo interreligioso, por el solo hecho de que este llamado proviene de quien en el pasado, y también en la actualidad, es el victimario de su falta de inserción social. Como consecuencia de esta opresión, muchos musulmanes hoy, a pesar de vivir en occidente, de haber nacido en occidente, viven en un aislamiento social, en guetos, bajo discriminación, donde no encuentran que con su identidad como musulmanes puedan llevar una vida digna, siendo aceptados tal y como son en las sociedades donde viven.

Otra causa por la cual algunos musulmanes muestran renuencia a participar en el diálogo interreligioso es que durante siglos los cristianos y los orientalistas han afirmado, incluso en algunos libros educativos recientes, que el Islam es una versión burda y distorsionada del Judaísmo y el Cristianismo y consideran al Profeta Muhammad un impostor, un embaucador ingenioso, el Anticristo o un ídolo adorado por los musulmanes.[6]

Por eso es necesario, para que los musulmanes comprendan que el diálogo interreligioso es una oportunidad única para el conocimiento mutuo, la aceptación de nuestra existencia y el derecho a existir como tal, sin necesidad de abandonar la identidad para ser aceptado en esta sociedad, para destruir los mitos que basados en el desconocimiento y la ignorancia del otro han impedido la convivencia pacífica y digna.

 

Capítulo II

Explicación breve de los que SÍ es y lo que NO es el diálogo interreligioso

 

La palabra diálogo se deriva del griego dia (a través, por) y logos (conversación, palabra). El diccionario de la Real Academia Española  simplemente define diálogo como una plática entre dos o más personas. En el Corán, la palabra más cercana para diálogo es iuhawir (يحاور)[7], que denota una conversación entre dos individuos o grupos de personas. Por ejemplo:  

“El creyente con quien conversaba le preguntó: ¿No crees en Quien ha creado a tu padre [Adán] del polvo, y luego a toda su descendencia de una gota de esperma y te ha dado a ti forma humana?” (18:37).

El Profeta Muhammad (P y B)[8] dijo: “Las almas son como tropas formadas. Aquellas que llegan a conocerse desarrollarán un mutuo entendimiento, pero aquellas que son extrañas entre sí son más propensas a disputar”[9]. Este relato hace del diálogo interreligioso una necesidad para adquirir un mejor entendimiento y construir vías de comunicación entre diferentes comunidades. Ya que al entablar un diálogo con una persona de un grupo social, étnico o religioso diferente al de uno, se da un proceso de humanización del otro, y por consiguiente es más difícil demonizarlo o identificarlo con los mitos.

Lo que SÍ es diálogo interreligioso

El diálogo interreligioso versa acerca de la libertad y respeto por cada religión, así como intenta construir vías para aliviar la tensión y el resentimiento entre seguidores de diferentes religiones.

El diálogo interreligioso tiene como principio la coexistencia pacífica de las distintas religiones para que basados en esfuerzos organizados puedan llegar a un mutuo entendimiento y construyan buenas relaciones.

El diálogo interreligioso significa aferrarse a la propia fe mientras simultáneamente se trata de entender la fe de la otra persona. Esto demanda honestidad y respeto de los participantes para que todas las partes puedan presentar su religión abiertamente. La uniformidad y el acuerdo no son las metas; en lugar de esto, lo son la colaboración y combinación de nuestra fortaleza para el beneficio de la sociedad en su conjunto.

El diálogo interreligioso busca trabajar hacia intereses sociales comunes sin dejar de adherirse a los principios de su propia religión.

Lo que NO es diálogo interreligioso

El diálogo interreligioso no tiene como objetivo eliminar las diferencias de opinión y convicción, sino ganar un entendimiento y aceptación de estas diferencias.

El diálogo interreligioso no busca derrotar o silenciar a otros, sino aprender, entender e incrementar el conocimiento de los interlocutores.

Jaco Cilliers, un practicante de diálogo interreligioso, resalta: “Involucrarse con el diálogo interreligioso no significa en forma alguna socavar la propia fe o tradición religiosa. De hecho, el diálogo interreligioso es constructivo sólo cuando la gente se arraiga firmemente a sus propias tradiciones religiosas, y a través de este proceso gana voluntad para escuchar y respetar las creencias de otras religiones”.[10]

El diálogo interreligioso no busca crear una nueva religión o abandonar los fundamentos de cada religión, sino crear una atmósfera pacífica para la coexistencia.

 

Por: Lic. M. Isa García

Egresado de la Facultad de Teología Islámica de la Universidad Umm Al-Qura, Arabia Saudita



[1] Tradición y enseñanzas del Profeta Muhammad (P y B)

[2] Ahl Al-Kitaab. Gente del libro, ver Corán 3:64

[3] Ver Corán 2:249

[4] Ver Corán 85:1-11

[5]  Ver Corán 61:14

[6] En el seminario de Sestri Levante (1999), el lingüista Mahmoud Elsheikh ilustró algunos errores macroscópicos que tenían distintos libros de texto italianos, tales como: 1. Que el Corán fue escrito por Muhammad; 2. Que el Jihad es la manera de divulgar el Islam y una obligación de todos los musulmanes; 3. Que el Islam necesariamente implica guerras santas y fundamentalismo; 4. Que los musulmanes están obligados a visitar La Meca por una actitud fetichista hacia la Ka´aba; 5. Que el Islam es una religión de los árabes, etc. La editorial Anaya, en el 2004 retiró un libro del mercado Hispanoparlante donde afirmaba que el Jihad era un pilar del Islam, tras la denuncia del centro islámico de Ceuta.

[7] Ver Corán 18:34, 18:37, 58:1.

[8]  Sigla de la frase que los musulmanes pronuncian luego de mencionar al Profeta Muhammad u otro profeta: “Que la paz y las bendiciones de Dios sean con él”.

[9] Registrado en en Sahih al-Bujari, en “Kitab al-Anbiá’: Bab al-Arwah Yunudun Muyánnadah”.

[10] Jaco Cilliers, “Construyendo Puentes para el Diálogo Interreligioso,” Diálogo Interreligioso y Construcción de la Paz, ed. David R. Smock (Washington, DC: Instituto de Paz de Estados Unidos, 2002), 49.

Leave a comment

You are commenting as guest.