La esposa fiel

Era una esposa paciente, sincera  que estuvo al lado de su marido cuando tuvo su terrible experiencia y  empeoró su salud. Su enfermedad duró varios años pero ella no mostró disgusto ni enfado, sino era obediente y resistente.

La esposa del profeta Ayyub (Job)  - la paz sea con él – fue un ejemplo de la paciencia  proverbial, fuerte voluntad  y dependencia en  Allah.

Ayyub - la paz sea con él – era un creyente fiel que se postraba y adoraba a Allah, por lo que Allah le multiplicó su sustento y su dinero: tenía miles de ovejas y camellos, cientos de vacas y asnos, un gran número de toros, varios terrenos, amplios campos fértiles, y un gran número de esclavos a su servicio, que cuidaban de sus propiedades. Ayyub –que la paz sea con él- era  muy generoso con los pobres y los más necesitados.

Dios quiso probar la paciencia de Ayyub - la paz sea con él – con una terrible experiencia. Al principio perdió su riqueza y se secaron sus terrenos, su siembra se quemó y el ganado murió. Ayyub - la paz sea con él – se refugió en Allah e imploró su ayuda para tener paciencia, diciendo para si mismo con fe y certeza: Es la gracia de Dios y se la había recuperado, la hemos disfrutado décadas. Gracias a Dios por lo que nos dejó y lo que nos quitó, Alabado sea Dios cuando da y quita,  cuando está satisfecho o enojado, cuando beneficia y perjudica, ¡Rey de la Soberanía! Das el Dominio a quien quieras y se lo quitas a quien quieras. Y das poder a quien quieras y humillas a quien quieras. 

Ayyub - la paz sea con él – fue afligido por segunda vez cuando murieron sus hijos y también dio las gracias a Dios glorificándole. La tercera aflicción fue la enfermedad con la cual su fe aumentó. 

Los años pasan y Ayyub - la paz sea con él – sigue enfermo, muy delgado  y sus huesos frágiles, su cuerpo débil y pálido. Empeoró cuando huyeron sus seres queridos y no se quedó nadie a su lado menos su esposa que era una mujer clemente y buena, que no se separó de su marido ni le exigió el divorcio. Nunca se quejó de sus dolores, sino que cuidó de él como pudo. No se enfadaba cuando se quejaba de sus dolores ni mostró miedo por su muerte y le cuidó durante todo su periodo de enfermedad. La esposa creyente permaneció paciente, complacida y trabajó con determinación y fuerza, para darle de comer y estar a su orden, y sufrió de las ofensas de muchas personas.

Aunque el diablo siempre le susurraba, diciéndole: ¿Por qué Dios hace esto a Ayyub, mientras que él no comete ningún pecado? ella intentaba liberarse de sus susurros  y pedía a Dios que la ayudara. Permaneció al servicio de su marido durante los siete años de su enfermedad. Incluso una vez le pidió que rezara a Dios para que le curara, pero él le dijo: ¿Cuánto tiempo viví de comodidades? Ella dijo: ochenta años. Él le preguntó: ¿Cuánto  en la adversidad? Le respondió: siete años.

Él dijo: siento rubor pedirle a Dios sacarme de esta desgracia si  todavía no he pasado en esta lo que he pasado de comodidades. Ayyub - la paz sea con él – juró (cuando se dio cuenta del susurro del diablo a su esposa*) dar a su esposa  cien latigazos, si Dios le devuelve la salud, y luego le imploró  para que le protegiera del diablo. 

Dios Todopoderoso dice: “Y recuerda a Nuestro siervo Ayyub cuando clamó a su Señor: ¡El Shaytán me ha tocado con enfermedad y padecimiento!”  [Sura de Sad: 41].

Cuando Dios vio que Ayyub –la paz sea con él- era muy paciente, le curó, y le ordenó que golpeara el suelo con sus pies y así obtendría agua  para lavarse, beber y sanarse. Dijo Allah: “Y recuerda a Nuestro siervo Ayyub cuando clamó a su Señor: ¡El Shaytán me ha tocado con enfermedad y padecimiento! Golpea el suelo con tus pies y tendrás agua fresca para lavarte y bebida. Y le concedimos que recuperara a su familia y otro tanto más con ellos, como misericordia procedente de Nos y recuerdo para los que saben reconocer lo esencial.” [Sura de Sad: 41-43]

Por misericordia hacia esta esposa paciente y compasiva, Allah inspiró a Ayyub –que la paz sea con él- que tomara cien ramas, hiciera un haz y le diera un solo golpe ligero con ellas, aliviándolo de su juramento y a ella del castigo. Dijo Allah: “Toma en tu mano un haz de ramas y golpea con él para que así no perjures*. Es verdad que lo hallamos paciente.¡Qué excelente siervo! Él se volvía mucho (a su Señor). )” [Sura de Sad: 44]

*Shaytán la tentó haciéndola desesperar y le propuso decirle a su esposo que si se postraba ante él, le libraría de su enfermedad.

 

Por: Ali Ben Nayef Al Shahud

Traducido por: Sabah Chentouf

Fuente: http://wiki.arabseyes.com/book-14-8.html

 

Leave a comment

You are commenting as guest.